lunes, 1 de julio de 2013

LA LENGUA EN ÁLAVA

Entre 1134 y 1150 García Ramiréz el Restaurador figura reinando en Pamplona, Alava, Guipúzcoa y Vizcaya. Otro tanto ocurre con su sucesor Sancho VI el Sabio (1150-1194), quien aprovechando la minoría de edad del rey de Castilla, Alfonso VIII, trató de recuperar para Navarra los límites que tuviera el reino en tiempos de García de Nájera. El rey navarro, consciente del peligro que corrían los territorios occidentales de ser ocupados militarmente por Castilla, cuidó mucho sus intereses en Álava, transformando la vida del antiguo condado, aunque encontró, al parecer, una fuerte oposición de los señores alaveses, pues no de otra manera se puede explicar el que en el breve plazo de su muerte (1194 y 1200) se perdieran los puntos fortificados navarros de Guipúzcoa y Álava.
El hecho histórico de la orientación de las provincias vascongadas hacia Castilla y no hacia Navarra fue debido a una serie bastante compleja de razones, algunas bastantes claras y conocidas y otras por descifrar, debido a la escasez de documentación que tenemos sobre el caso. Podría aventurarse que este hecho de enorme trascendencia para la historia del País Vasco fue el resultado de una ocupación militar, violenta, contra derecho, pero también propiciada por infanzones de la tierra y acaso sin excesiva oposición de las gentes que, quizá, se sentirán próximas a los habitantes de las merindades del norte de Burgos donde el sedimento vasco era tan importante, especialmente después del asentamiento de vizcaínos y alaveses en tierras de Burgos.
Sabemos que entre los siglos VII al XII gentes vascongadas se asientan al sur, así como latinados y romanizados en el norte, como es el caso del poblamiento del valle de Ayala. Fernán Pérez de Ayala dice el el Arbol genealógico de la Casa de Ayala en 1371: "E los que vinieron a poblar la tierra de Ayala, dellos eran vascongados llamaban a este Don Vela, Jaun Velasko; e los latinos Don Belace".
Referente al estado lingüístico de la zona, se puede pensar razonablemente que la generalidad de la tierra alavesa continuaría siendo euskaldún, especialmente por lo que se refiere al antiguo condado, excluyéndose la zona occidental de la actual provincia desde Salinas de Añana hasta Valdegobía y Valderejo, y por el sur, al otro lado de las sierras de Toloño y Cantabria, la zona que va desde Salinillas de Buradón hasta Oyón, plenamente romanizadas como lo acusa su toponimía; sin excluir en ellas algunos grupos de euskaldunes se ignora hasta que tiempo y en qué cantidad, en todo caso muy difícilmente en la época bajo medieval, como lo prueban los escasos nombres del lugar, sensiblemente más numerosos en Labastida, Ribas de Tereso y San Vicente, que en Valdegobía y Laguardia, que pueden probar un asentamiento de euskaldunes repobladores de tierras abandonadas por sus naturales debido a la fuerte presión de las razzias árabes, continuán a lo largo de los siglos VIII y IX.
El padre P. J. Moret en sus Anales del reino de Navarra (I, pág. 187) dice que los vascos poblaron las tierras de Álava y Bureba, aduciendo como ejemplo los nombre de Ximena, Munia, Sancha, Toda, Urraca, Auria de las monjas de San Miguel de Pedroso y añadiendo que "no pocos de ellos fueron muy usados en aquellos tiempos y en los siguientes en Navarra".
El primer testimonio de la procedencia de la lengua vasca en la Llanada alavesa lo tenemos en un documento del año 920 del monasterio de San Millán (Cartulario de San Millán, nº 48, pás. 58 y ss.) enel que se consigna una serie de bienes que Diego Belaz poseía en diversos pueblos alaveses y entrega a dicho monasterio. Otro testimonio de extraordinaria importancia es el llamado "Reja de San Millán" o "Ferro de Alava", correspondiente al documento nº 91 del citado Cartulario y que data del año 1025. Contiene la lista de los pueblos correspondientes al territorio del antiguo condado alavés, esto es, la Llanada, la Montaña meridional y la tierra de Peñacerrada, que pagaban tributos a San Millán en hierro o ganado, agrupados en pequeñas circunscripciones de siete, diez y doce pueblos llamadas alfoces.
Apuntes tomados de parte de la ponencia presentada por Ricardo Ciérvide Martinena para ingresar como Socio de Número de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País el 6 de febrero de 1990.

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